miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cómo quiero escribir


Viajaba en colectivo a mi trabajo, a dar clases, y como suele suceder, algo de escritura se gestaba como mera reflexión habilitada por el tiempo muerto del cuerpo que se traslada a un destino… cuando el cuerpo se aquieta exteriormente, parece que se puede agitar mejor interiormente.

Saqué el cuaderno en el que llevaba el texto de la clase resumido y escribí esto:

Cómo quiero escribir, o qué dar en la escritura.

Quiero abrazarte de manos y piernas, que se abra el suelo a tus pies y hundirte conmigo hacia un mundo subterráneo, oscuro, confuso, angustiante, hacia todo aquello que está bajo la superficie de lo que ves y pensás… hundirte como una profunda penetración hacia vos mismo, arrastrado por una mujer para ver lo que está ahí, lo quieras ver o no. Ejercer una violencia, una violación de la negación, pero sin dejar de abrazarte, sin soltarte,  sin dejar de hacerte compañía. Y que vos así, aunque no lo hayas elegido del todo, también me acompañes a mí, me hagas un poco de compañía en ese submundo al que no dejo de volver una y otra vez, cuando voluntariamente me abismo, pienso y escribo.

Después pensé por qué escribí como hablándole a un hombre… por qué no agregar ese o/a que permite apelar al lector masculino y al femenino. Y me respondí que no es solo una decisión por la belleza posible de la prosa… que es en realidad una decisión de hablarle a lo masculino de todo lector desde lo más femenino de quien escribe.



Nota inauguradora: Todo nace de algo que deja de ser, sobre todo cuando se escribe. Tuve antes un blog pero este lo desplaza, lo consuma. Entre ese blog y este hay un año vacío: el 2012, año en que no pude escribir como quiero. Ahora puedo y, para celebrarlo: blog nuevo.
Los amantes de los restos del pasado, clickear aquí: http://wwwhechosconsumados-lg.blogspot.com.ar/


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